Como es del conocimiento de todos, en esta localidad hay un balneario, donde la burguesía argentina viene todos los inviernos a lavar la roña moral que la corroe.[1]

El movimiento anarquista salteño se caracterizó por tener a lo largo de la década de 1920, un gran número de conflictos gremiales, que se centraron especialmente en la ciudad de Salta. El centro urbano más importante de la provincia y el más importante en términos de organizaciones gremiales, en donde convivieron distintas tendencias anarco-sindicalistas.

Sin embargo la periferia de la capital provincial se caracterizó por librar un gran número de batallas y resistencias anarquistas. Distintas experiencias organizativas, tanto gremiales, como de afinidad, se desarrollaron en ciudades como Orán, Manuela Pedraza (hoy Tartagal) o Güemes. También tuvieron lugar en regiones aún más alejadas y remotas de los centros urbanos como por ejemplo el ramal Huaytiquina, actualmente conocido en la actualidad como el tren a las nubes[2]. En buena parte de estas experiencias, la conformación de gremios se produjo en el fragor de las huelgas y en pleno reclamo por el pago de sueldo o de mejores condiciones laborales. En todos estos conflictos laborales se utilizó el clásico método de lucha de la acción directa: el boicot, la huelga, el sabotaje y negociar con la patronal sin intermediarios.

Nos proponemos a partir de este estudio, reconstruir una pequeña historia de lucha por parte de unos anónimos libertarios, que gritaron contra las injusticias en los alrededores de Rosario de la Frontera, una ciudad a 180 kilómetros de la capital Salteña. Más precisamente en el complejo Termal de esta ciudad. Lugar deseado por las propiedades minerales de sus aguas y donde las elites argentinas tomaban sus baños termales durante los inviernos.

Algunos datos sobre el balneario termal

El balneario termal, se encuentran a menos de 10 kilómetros de la ciudad de Rosario de la Frontera y fue fundado hacia 1880, aunque el descubrimiento del manantial es anterior a esta fecha. Sus aguas contienen propiedades minerales que son beneficiosas para el cuidado del cuerpo, estas llegaron a ser envasada con el nombre de Agua Palau por el apellido de su fundador. La fuente de agua se ubica a 958 metros sobre el nivel del mar y su temperatura media en invierno oscila entre los 20 a 25 grados centígrados.

Las instalaciones de este complejo balneario, que llegó a considerarse el primer balneario termal de Sudamérica, fueron evolucionando a lo largo del tiempo hasta consolidarse con la construcción de un hotel propio de arquitectura inglesa. Este establecimiento contó con ciertos adelantos tecnológicos para la época, como ascensor, pista de aterrizaje o su propia planta embotelladora. El complejo termal fue visitado tanto por presidentes argentinos como por familias tradicionales de la sociedad porteña. El historiador local Carlos Jesús Maita detalla sobre los asiduos visitantes de este balneario:

“Venían contingentes turísticos del exterior y familias acaudaladas de Buenos Aires como Udaondo, Anchorena, Pueyrredón, Saint y Menéndez Behety. Sus arribos se producían en tren a la estación de Rosario de la Frontera y de allí eran transportados a Las Termas en carruajes y más tarde en unos vehículos largos a motor denominados bañaderas. Llegaron a Las Termas, entre otras personalidades, Nicolás Avellaneda, Roberto J. Payró, Julio Argentino Roca, Bartolomé Mitre, Bernardo de Hirigoyen, Hipólito Yrigoyen, Lola Mora, Carlos Saavedra Lamas, Atahualpa Yupanqui y mucha gente importante, gobernantes y embajadores de diversos países. El Hotel Termas llegó a tener orquesta propia, panadería, casa de fotos, oficina postal, panadería, elenco de teatro e imprenta propios. Toda su vajilla era de porcelana fina y de plata labrada, inspirada en las lujosas costumbres de la belle epoque europea. En la primera mitad del siglo XX, con la administración de la sociedad Seguí & Tornquist, posterior a Palau, la era dorada de Las Termas de Rosario de la Frontera estaba en su apogeo[3].

Durante el año 1921, el complejo hotelero inauguró su propia estación ferroviaria y llegó a ser parte del mismo grupo hotelero del Llao Llao de Bariloche, Hermitage o el Bristol de la ciudad de Mar del Plata.

Orígenes de la organización en la ciudad de Rosario de la Frontera

Los primeros indicios sobre la organización anarco-sindicalista, la ubican en el año 1920, con la sección de Rosario de la Frontera del Sindicato de Trabajadores de los Ferrocarriles Central Norte Argentino. Hacia julio de 1922, se conformó la sociedad de resistencia de Oficios Varios de Rosario de la Frontera. En 1923 esta Sociedad de Resistencia formó parte de la Federación Obrera Local Salteña, esta organización núcleo al sindicalismo afín a la FORA. En 1924 se produjo una reorganización dentro de Oficios Varios. Entre los militantes de esta organización se debe mencionar a Mayo Mainieri, Justo Graciano, Bernardo Waya, Antonio Mata, Jose Reguilon, Ramón García, entre otros. Durante el transcurso de ese año, esta sociedad se sumó a la campaña internacional por la liberación del joven militante Juan Bautista Acher, anarquista preso en Barcelona. También realizaron acciones por la detención del militante salteño de Silvio Pachau o la detención de Simón Radowitzky para el que editaron un encendido manifiesto de cerca de mil impresiones. Entre 1924 y 1930 las distintas organizaciones anarquistas de Rosario de la Frontera no fueron ajenas a las internas entre el sector de los “autónomos”, los “anarco-bolcheviques” o “foristas”

La agitación no se detuvo, y durante 1925 en el marco de las denominadas “giras de propaganda”, visitaron Rosario de la Frontera varios delegados de la FORA que convocaron a obreros ferroviarios y del campo.

Huelga y conformación de sindicato en las termas

pero si diré, que radican en el inmenso fardo de prejuicios que han echado sobre nuestras espaldas, veinte siglos de dominación religiosa y explotación capitalista, de las cuales no nos hemos podido desembarazar en absoluto […] El pasado pesa sobre nosotros como una maldición y, mientras no nos emancipemos de la tiranía del pasado, no podremos marchar en línea recta hacia el futuro.[4]

En 1927 los propietarios del complejo hotelero comenzaron una serie de ampliaciones edilicias en las instalaciones de las termas de Rosario de la Frontera. Para este fin contrataron a cerca de cincuenta obreros que se sumaron a la plantilla de trabajadores ya existentes. Las crónicas indican que para esa época las instalaciones contaron con casi un centenar de trabajadores distribuidos por distintas áreas como, carretilleros y embotelladores del agua mineral.

Hacia el mes de marzo de ese año, la Compañía Argentina de Termas, responsable de la administración del complejo termal, adeudaba dos meses de salario a todos los trabajadores. La empresa aplazó, el período pactado de palabra para saldar las deudas con los trabajadores. Ante este atropello los obreros, pocos meses antes de que comenzara la próxima temporada invernal (desde el 15 de mayo al 15 de octubre), resolvieron en asamblea presentar el siguiente pliego de condiciones:

Art. 1.- El pago inmediato de los sueldos;

Art.2- Reconocimiento de los días de huelga;

Art. 3.-Que los domingos se trabaje cuatro horas y paguen el día entero;

Art. 4.- El cumplimiento estricto de la jornada de 8 horas;

Art. 5.- Que en lo sucesivo el pago sé efectué el día 5 de cada mes;

Art. 6.- Que no se tomen represalias;

Art.7.- Que a todo obrero que sea contratado fuera de la localidad, le sea pagado el pasaje de ida y vuelta a su residencia [5].

La empresa empleó distintas estrategias para neutralizar la incipiente organización y de esa manera estirar el plazo de pago de lo adeudado. Una de estas estrategias consistió en informar que la decisión debía tomarse en Buenos Aires por el directorio de la empresa. Otra consistió en plantear fórmulas de pago para destrabar el conflicto. Todas ellas tenían la sola intención de dilatar el pago y generar confusión en la totalidad de los trabajadores, una estrategia que la patronal también utilizó en otros conflictos de la década de 1920.

Las distintas propuestas expresados por la patronal fueron debatidas en una asamblea que resolvió de manera contundente mantener la huelga. Además plantearon abiertamente la intención de publicar un manifiesto sobre Sacco y Vanzetti, que se encontraban próximos a ser ejecutados en los Estados Unidos.

La huelga se sostuvo por seis días sin vacilaciones, y se conquistaron todos los reclamos exigidos. La paralización de las actividades y la organización de los obreros, no solo asombraron a la patronal sino que también a los mismos empleados de las termas. Debido a los logros positivos, los trabajadores de las termas decidieron constituir la Sociedad de Resistencia de Obreros de las Termas.

La recientemente constituida Sociedad de Resistencia, envió un mensaje por medio del periódico La Protesta (1904-2015) para que desde otras agrupaciones y gremios enviasen material de propaganda a la nueva sociedad de resistencia. Todo lo referido a la Sociedad de Resistencia debía ser enviado al nombre Manuel Graciano o al de Manuel Algañaraz, activos militantes de Rosario de la Frontera, para de esta manera evitar que cualquier correspondencia sea filtrada por la administración de las Termas.

Entre las decisiones tomadas en asamblea por los trabajadores de las termas se encuentra la de adherirse por unanimidad a la FORA. Con ello la aceptación del sistema de organización de la federación y la finalidad de esta. Al mismo tiempo, se planteó la celebración de una conferencia con relación al 1º de mayo, día internacional de los trabajadores, y en la que se invitaba al delegado Fausto Martín de la provincia de Santa Fe. Este iniciaría una “gira de propaganda” por el norte argentino. Fue así que el 22 de mayo el delegado Santafesino pasó por Rosario de la Frontera y el día 24 de marzo diserto ante la misma asamblea de la Sociedad de Resistencia de Obreros de las Termas. Allí se explayó sobre el funcionamiento de la FORA y sobre la agrupación santafesina a la que pertenece.

Posteriormente a la visita de Fausto Martín, los miembros más activos de la Sociedad de Resistencia de las Termas hicieron una serie de autocríticas sobre las organizaciones en el norte argentino. A partir de estas primeras observaciones se empieza a leer entre líneas la inminente disolución de la Sociedad de Resistencia de Obreros de las Termas. Entre las valoraciones vertidas se mencionó la poca voluntad de organización de los obreros de esta parte del norte argentino que impidió sostener y concretar avances en el plano de las luchas sindicales. Entre las causas de este decaimiento moral y físico del movimiento local, se hace mención a factores como: la escasa educación, los siglos de dominación por parte de la iglesia católica o el alcohol.

La experiencia organizativa fue intensa, y aún que duro solo un par de meses, abrió un interesante debate sobre cuales debían ser las prioridades a la hora de destinar recursos entre los anarquistas del norte argentino. Los debates giraron en entorno a si se debían reflotar las organizaciones gremiales, que habían caído en cierto decaimiento anímico, o correspondía apostar a la estrategia de publicar periódicos afines a las luchas obreras y anarquistas realizando una tarea de divulgación ideológica. Ambas visiones provocaron airados debates entre los círculos ácratas del norte argentino durante 1927.

Hacia finales del mes de junio de 1927 el anarquista de apellido Pineda oriundo de Rosario de la Frontera, se expresó en una columna del diario La Protesta sobre la compra de una imprenta propia por parte de anarquistas tucumanos y con ello, la reaparición del periódico Tierra Libre (1921-1974) referente para los ácratas del norte argentino. Los impulsores de la nueva época de Tierra Libre sostenían que para levantar las organizaciones sindicales se debe primeramente crear condiciones locales más favorables y que no basta con agruparse solamente ante una necesidad. Entre estos argumentos recordaron la experiencia de unos meses atrás en Salta con la fundación y pronta extinción de la Sociedad de Resistencia de Obreros de las Termas:

“Un ejemplo de eso lo tenemos en la S. de R. obreros de las Termas, de esta localidad; esta sociedad se formó para poner coto a los múltiples abusos que venían cometiendo los superiores - por una necesidad material - y en cuento llego el tiempo en que tenían que disminuir personal, la misma necesidad hizo que se disolviera; ninguno quería saber nada de la sociedad, por temor a que lo echaran. Otra cosa hubiera sido si esta sociedad se hubiera formado por una necesidad espiritual. Para elevar la mentalidad de los trabajadores a un grado tal que les haga sentir la necesidad de la organización, aun cuando no sientan la necesidad del estómago, es necesario emprender una vasta propaganda, tanto oral como escrita. La propaganda escrita que se distribuye actualmente, no surte los efectos deseados, porque son periódicos escritos en otras zonas y los trabajadores de aquí, en su mayoría, dicen: “que me importa a mí de lo que pase en Buenos aires, Santa Fe u otra parte; lo que aquí dice será mentira a lo mejor”. En cambio, cuando sea un periódico que refleje en sus páginas hechos que ellos hayan visto, cosas que a ellos les sucedan, no dirán eso; cuando se les haga ver lo que pasa a su lado [6].

El planteo expresado por el anarquista Pineda reflejaba los diferentes contratiempos a los que se debieron enfrentar los ácratas del norte argentino, pero al mismo tiempo manifiesta la recomposición del anarquismo en el norte y la interconexión entre todos ellos.

Conclusión

El desarrollo de las prácticas anarquistas no fue ejercida exclusivamente en la capital salteña, sino que estas praxis se extendió hacia los puntos más remotos, como podían ser las construcciones ferroviarias o como en este caso las Termas donde pasaban los inviernos las elites de la argentina. Estas prácticas sindicales empleaban la acción directa y negaban cualquier intervención externa al conflicto laboral. La conformación de la Sociedad de Resistencia de Obreros de las Termas de Rosario de la Frontera es el reflejo de la intensa actividad de propaganda por parte de luchadores sociales, diseminados por toda la provincia de Salta y fue producto de experiencias anteriores en la misma localidad de Rosario de la Frontera.


Notas al Pie

[1] La Protesta, 13 de abril de 1927.

[2] Ver: El anarquismo en las alturas: Luchas obreras en la construcción del Ferrocarril Transandino Salta – Antofagasta, década de 1920.

[3]“La estación de los baños, testimonio del glorioso pasado turístico de rosario de la frontera”, Carlos Jesús Maita.

[4] La Protesta, 2 de junio de 1927.

[5] La Protesta, 13 de abril de 1927.

[6] La Protesta, 30 de junio de 1927.


Bibliografía

– Cantón, Elíseo. Estudios de las aguas minerales del norte de la república argentina. Editorial Mariano Moreno 1896.

-Carlos Jesús Maita.“La estación de los baños, testimonio del glorioso pasado turístico de rosario de la frontera”.

-Guía general del Touring Club Argentino 1911-12

-Diz, Edgardo. “El anarquismo en las alturas. Esbozo sobre las luchas obreras en la construcción del ferrocarril transandino Salta-Antofagasta, década de 1920”. Revista Germinal (Nº16), 2020.

Artículos en Línea

http://carlosjesusmaita.blogspot.com de Carlos Jesús Maita

-La Nación, Rosario de la Frontera. El hotel termal con más historia de Salta, Gabriela Pomponio, 20 de enero de 2020.

Publicaciones

La Protesta, Buenos Aires.

Caras y Caretas, Buenos Aires.

Fotografías

Personal del balneario termal / http://carlosjesusmaita.blogspot.com

Termas de Rosario de la Frontera / http://carlosjesusmaita.blogspot.com

Construcción del Hotel Termas / http://www.edisalta.ar/hoteltermas.html

Tren del American Locomotive Company en Rosario de la Frontera, Salta 1927 / A.G.N.

Coches en la entrada / Fotos antiguas de Salta.

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