“Nuestra patria es el mundo entero
nuestra ley es la libertad
y un pensamiento
en nuestros corazones es un pensamiento rebelde.
Dondequiera que una persona explotada se rebele
encontraremos huestes de hermanos
Nuestra patria es el mundo entero
nuestra ley es la libertad
y un pensamiento
está en nuestros corazones.
Recorremos las tierras y los mares
por una idea que dejamos a nuestros seres queridos ”[1]
.
También es posible escuchar parte de este estudio en el Podcast del Periódico El Coya. (producido y editado por Diego Vidal)

Punto de partida de las “giras de propaganda” anarquistas a la ciudad de Salta (1901-1930).
La visita de Pietro Gori, reconocido orador libertario de de reconocimiento internacional, en el mes de julio de 1901 a la ciudad de Salta, abrió paso a dos sucesos de relevancia en el largo proceso de las prácticas culturales anarquista. Por un lado fue una inyección revitalizante al movimiento obrero salteño, que impulsó la creación de sindicatos, bibliotecas, veladas teatrales, periódicos, etc. Mientras que por otro lado, marcó el “inicio” de las giras de propaganda de delegados anarquistas en esta provincia.
Estas “giras”, habitualmente, partían desde Buenos Aires lo que les confería cierto rasgo centralista. Pero al mismo tiempo pretendían brindar apoyo e impulso a los distintos grupos esparcidos por los lugares más lejanos de la Argentina. Durante los primeros 30 años del siglo XX, distintos periódicos y organizaciones anarquistas impulsaron estas giras, entre estos La Antorcha (1921-1932) y La Protesta Humana (1897-1904)-luego circulo bajo el nombre de La Protesta (1904-2015)- o la F.O.R.A, el A.L.A. y la C.O.R.A. .
La visita de Gori ocurrió en el marco de los primeros pasos organizacionales del movimiento de trabajadores/as de Salta. Su “peregrinación” dejó un grato recuerdo entre los luchadores/as de esta provincia.
Con la ayuda de los escasos testimonios que se conservan de su visita, intentaremos responder a algunas preguntas que se configuran a partir de su fugaz paso por tierras salteñas: ¿Cuál fue el legado en el imaginario ácrata que dejo su paso por esta ciudad del norte argentino? ¿Cuál fue su aporte en la continuidad de la práctica libertaria conocida como “giras”, durante las siguientes décadas?

Profeta y peregrino libertario: el poder de la palabra.
Pietro Gori, nació en Sicilia, (1865-1911) y tuvo múltiples personalidades: fue abogado y un reconocido criminólogo. Durante su juventud alternó esta profesión con una intensa labor de difusión anarquista en calidad de poeta, dramaturgo, ensayista y orador. Escribió columnas en diversos periódicos ácratas de Italia y participo en el Congreso Socialista Anárquico de 1890.
En el año 1894 partió de Italia, obligado por persecuciones relacionadas con su actividad de abogado[2]. Este hecho lo llevaría a recorrer el continente americano, sin abandonar su ímpetu de conferencista y divulgador. Entre 1895 y 1896 realizó solo en América del Norte cerca de 280 conferencias y pronto se trasladó hacia el hemisferio Sur[3]. Llegó a Buenos Aires hacia 1898 y permaneció hasta enero de 1902[4]. En Argentina, con 28 años de edad, desarrolló un proyecto cultural conocido como la revista Criminología Moderna (1898-1902). Fue la primera revista latinoamericana especializada en esta materia. La revista contó con participaciones de renombre de la cultura científica internacional y luego de la partida de su fundador continuó editándose. Luego de la partida de su fundador continuó editándose.
Su personalidad fue tan popular entre los ácratas, a través de sus folletos y obras de teatro, que incluso era posible conseguir imágenes suyas, pero por sobre todo fue un importante pilar en la difusión ácrata[5]. Su capacidad de plantear contradicciones con respecto a las ideas transformadoras del anarquismo y las ideas conservadoras, fueron una de sus especialidades. Sin embargo Gori tampoco fue ajeno a ser considerada una personalidad controvertida en su época.
En la argentina, rápidamente entró en sintonía con los espacios de militancia local, especialmente entre los que sostenían una construcción gremial, política y cultural organizada. Junto con la influencia de Malatesta, Mattei, entre otros activos ácratas italianos residentes en la argentina, Gori conformó el grupo fundacional del anarquismo organizacional en la Argentina[6]. Participó en la creación de la Federación Libertaria en 1900, como también en la fundación de la Federación Obrera Argentina (FOA) en 1901[7]. El historiador Max Nettlau, define así, el peso y presencia que significo Gori para el anarquismo argentino:
“De todas maneras, lo que dio calidad al movimiento fue la presencia de Pietro Gori, que residió en la Argentina desde la mitad de 1898 hasta principios de 1902. Se encontraba Gori entonces en lo más alto de su fama como brillante propagandista, por su elocuencia y por la armonía con que sabía interpretar las ideas libertarias. La juventud se entusiasmó con él. Atrajo a un buen número de intelectuales y escritores, siendo el más famoso Alberto Ghiraldo; inclinado ya a las ideas, era Ghiraldo autor y panfletario de envergadura en la sociedad criolla. Su fama iba creciendo. Fue en tiempo de Gori en mayo de 1901, cuando un congreso obrero determinó fundar la FORA”[8].
Durante su residencia de tres años y siete meses en argentina, Gori impulsó la misma práctica que desplegó por América del Norte: las denominadas «Giras de propaganda». Lo que significaba ni más ni menos que recorrer distintos pueblos y ciudades ofreciendo conferencias. Una tarea artesanal y sistemática a la vez[9]. A estas disertaciones concurrían una multiplicidad de perfiles: hombres de ciencia, estudiantes universitarios, abogados, personas distinguidas, ácratas, socialistas, libre pensadores, masones, políticos, escritores y multitud de obreros, mujeres y miembros de la comunidad italiana. Estos últimos conformaron a principios del siglo XX una importante diáspora en toda la argentina, gran parte de ellos huían de la miseria y de las persecuciones políticas[10]. Entre los motivos que generaban interés entre los oyentes eran: sus vínculos con círculos científicos, el impulso aspiracional a la cultura, los debates en los círculos europeos o simplemente la visita de un connacional. Estas conferencias, con salas abarrotadas, podían llevarse adelante tanto en teatros, centros de las comunidades de inmigrantes o salones de hoteles, como fue en su paso por Salta.

La frenética actividad de Gori, fue determinante por un lado para la gestación del anarquismo local organizado, pero también resultó decisiva para extender el movimiento a distintos puntos del país y con esto asentar una renovación militante. En palabras de Santillán y Arango:
“La personalidad de Gori y su elocuencia eran tan arrolladoras que, aunque proclamase bien alto sus ideales anarquistas, era disputado por los elementos liberales del país y supo imponer respecto hacía su persona y sus convicciones; una juventud brillante se aupó bien pronto a su alrededor; sus jiras de propaganda por las ciudades más importantes de la república fueron coronadas del éxito más lisonjero. Gori no sólo fue un factor de primer orden para el desenvolvimiento del anarquismo en Argentina, sino que influyó en el despertar intelectual del país; su influencia hizo de él un factor cultural inolvidable. Pero para los socialistas autoritarios el viaje de Gori a la Argentina ha sido fatal; en las controversias públicas en los teatros les ha infligido derrotas que jamás se volvieron a reponer”[11].
Las giras de propaganda, por la Argentina, lo llevaron desde Tucumán a Ushuaia; desde el Alto Paraná hasta Mendoza, con breves estancias en ciudades de países limítrofes como Montevideo, Asunción y Santiago de Chile[12].
Estas conferencias requerían una cierta organización previa y así dar mayor difusión a la presencia de Gori en cada rincón. Por esta razón hacia el mes de julio de 1898 se abrió la primera convocatoria para solicitar colaboración al espectro ácrata:
A los compañeros de Sud-américa: Ha surgido entre los socialistas-anarquistas de Buenos Aires la idea de aprovechar la presencia del compañero Pedro Gori en la Argentina para llevar a cabo una buena campaña de propaganda de nuestra causa en la masa proletaria italiana y de otras nacionalidades, diseminadas a través de la América latina. Pedro Gori ha aceptado ya la idea de esta fructífera gira de propaganda por el continente sur-americano y cumpliendo en Buenos Aires el turno de conferencias prometidas, y hechos los trabajos preparatorios, se pondrá en viaje. Rogamos por tanto a todos los grupos, círculos y aun a los compañeros dispersos en las diversas localidades, quieren informarnos solícitamente respecto cuales posibilidades hay para dar conferencias sobre la cuestión social y sobre la organización obrera en el lugar donde residen, y de qué modo, o sino en qué punto pudiera venir, en ayuda de la iniciativa tomada por los compañeros de esta capital. Las adhesiones y respuestas pueden ser dirigidas a cualquiera de los siguientes periódicos: La Protesta Humana, Chile 2274;L’Avvenire, Uruguay 782;Ciencia Social, corrientes 2041″[13].
Retrato del movimiento obrero salteño antes de la visita de Gori (1885-1901)
Resulta importante delinear algunas fechas que perfilan el contexto gremial en el que se desarrolló la visita de Gori a Salta y en el que la experiencia de propaganda se torna aún más valiosa a consecuencia de las duras condiciones que debieron sortear en cada instancia.
En 1885 existen registros sobre un periódico titulado El Obrero (1885), reivindicándose a sí mismo como la expresión de la clase trabajadora[14]. En 1891 se fundó el Centro Argentino de Socorros Mutuos, un espacio creado por los artesanos y comerciantes. Hacia 1896 se fundó la Sociedad Obrera de Panaderos de Salta.
En marzo de 1900 surgieron una serie de experiencias organizativas a partir de la disolución del Partido Obrero (PO). La organización duró solo unos meses y fue una fórmula en la que diferentes grupos ideológicos intentaron participar en la política partidaria. Incluía sectores socialistas y radicales. Llegó a tener su propio órgano de prensa, El Obrero. Publicación del Partido Obrero (Salta), dirigido por Ramón Sanmillán y que tuvo la efímera duración del partido. Luego de su disolución, algunos de sus miembros se integraron a la Unión Cívica Radical, conformando el Club Radical de Artesanos (1900), mientras que otros derivaron hacia el Partido Autonomista Nacional.
En marzo de 1901, un reducido número integrantes de la escisión del PO participó en la conformación del Club Atlético Libertad, un nuevo espacio obrero, experiencia que excede lo meramente deportivo y contaba con algunos miembros anarquistas —como Bernardo Alanís— además de sindicalistas e independientes. El club, pionero en la zona, tuvo que afrontar los intentos de los sectores dominantes por hacerse cargo de la dirigencia de este. Como no lograron su objetivo, fundaron el club Gimnasia y Esgrima de Salta (1902), espacio deportivo de las elites salteñas. Aunque resta mucho por analizar sobre el desarrollo del movimiento obrero salteño del Siglo XX, tampoco es de descartar la participación de la masonería, muy extendida en la época. Una corriente de modernidad de la que también fueron miembros activos del anarquismo, como fue el caso de Malatesta, entre otros.
A lo largo de 1901 existió una ebullición entre las organizaciones obreras y de artesanos salteños, principalmente en las zonas urbanas, que contenía a gremios como el de: zapateros, carpinteros, albañiles, comerciantes y tipógrafos. Gremios que debieron desmarcarse constantemente de las estrategias de captación por el poder local y donde las luchas debían confrontar abiertamente con una sociedad de fuerte raigambre conservadora y con vasto eco de las estructuras coloniales.

Un caballero errante en Salta.
El periódico anarquista editado en Buenos Aires, en lengua italiana, L’Avvenire (1895-1904) siguió con atención su “gira de propaganda”, que duró cerca de 15 días por el norte argentino. La ruta que finalmente lo llevó a Salta pasó previamente por: San Nicolás, Rosario, Santa Fe, Paraná, Córdoba, Tucumán y Santiago del Estero.
Llegó a Tucumán el 2 de julio de 1901 donde llevo a cabo tres conferencias a salones llenos. En la primera diserto sobre el «Deber de la solidaridad Obrera», donde también visitó la cárcel local, en pos de fotografiar a varios reclusos, una tradición en cada uno de sus viajes[16]. Luego de la segunda conferencia en Tucumán, Gori prosiguió con su viaje hacia la ciudad de Salta tan solo 400 kilómetros más al norte[17]. Finalmente llego a Salta el 10 julio de 1901 en ferrocarril, principal vehículo de las giras a lo largo del siglo XX, y permaneció hasta el día 12 de julio.
Tanto los medios comerciales como los afines se hicieron eco de la llegada de Gori a Salta, entre ellos: L’Avvenire; el periódico comercial porteño La Prensa[18]; El Cívico (Salta, 1891-1927) medio local que envió un cronista especial para cubrir el evento[19]; El Rebelde (1898-1903) periódico de extracción anti-organizacional, fue el único que transcribió casi palabra por palabra su disertación en Salta[20]. Resulta por lo menos curioso que este medio grafico, contrario a las estrategias revolucionarias esgrimidas por Gori, publicara esta crónica. Todas estas crónicas nos permiten reconstruir los aspectos más importantes de su conferencia.
El día 11 de julio disertó en el Gran Hotel sobre el “El deber social de la ciencia y del arte”, en un tono propio de la época[21]. Fue presentado por el señor Singlau, director del diario L’Aurora,un nuevo diario de la comunidad italiana en Salta[22].

El primer eje versó sobre la importancia de la ciencia no sea patrimonio de unas minorías sino de los trabajadores:
“No ha de ser a principios del siglo XX, exclusivas de las minorías, como en los tiempos en que esa creencia se hallaba solo en los sagrados recintos, sino patrimonio de todos, pues como fruto del trabajo de todos, a todo pertenece”[23].
También se adentró en la desigualdad social:
“El egoísmo impera: mientras el que todo le produce, carece de lo más indispensable, el zángano, todo se lo toma para sí; mientras los unos mueren de indigestión, A los otros mata el hambre”[24].
Ubicó al alcoholismo como el origen del crimen y el primero producto del hambre, la ignorancia y la miseria:
“Désele trabajo remunerado al obrero, edúquesele e instrúyasele, y será útil a la sociedad. Pero, si se le niega ocupación ó hallándola, se le hace esclavo, y arrastra una vida miserable, buscará necesariamente, en el alcoholismo, la pasajera y ficticia felicidad que no puede conseguir y con el trabajo: este se le hará odioso: la miseria llamará a su puerta, y un día, aguijoneado por el hambre, que no tiene espera; robará un pan que le llevará a comer el triste, duro y amargo del presidio. En él, entra sin odios: de allí saldrá abominando de su propia existencia, y, ya libre tomará venganza:—He aquí al criminal… ¡Cuánta injusticia!”[25].
Y además contó una anécdota de Cesare Lombroso, principal referente en criminología de su tiempo:
“El criminal es un enfermo, al que deben aplicarse remedios que le sanen, ó lenitivos que le amortigüen. Hasta el día, los más célebres criminalistas, solo se han ocupado de anatematizar los efectos del crimen, pero nada han hecho para extirpar sus raíces, averiguando y poniendo, dique a las causas engendradoras. Los códigos penales corren parejas con la rutina criminalista, y no lograrán, nunca, dar fin a esa llaga social, pues sus atroces castigos, no hacen sino aumentar el odio y engrosar las filas de los desgraciados […] Abandónense los inservibles símbolos de la justicia, por el bisturí que anatomice y la igualdad que concluya con los privilegios: empléense con el delincuente, no el castigo severo que le conduce al vicio; sí, la ternura y el amor, que, más que ningún otro, merece este ser desventurado”[26].
También hablo sobre los ladrones de “guantes blancos” y se explayo, sobre como el código penal no pone fin a los problemas sociales con sus castigos, ya que todos estos se deben a una misma causa: la injusticia social.
El segundo eje de la conferencia se centró sobre el rol del arte en la transformación social, y al teatro como herramienta para tal fin. Instrumento que los ácratas salteños utilizaron durante la década de 1920 incluso con libretos del mismo Gori:
“El teatro ha de ser cristal azogado en el que el público se reproduzca de cuerpo entero, con todos sus defectos, con todos sus vicios, para que, al mirarse verse horrible, sintiendo asco de sí propio haga desaparecer de su rostro los estigmas que le basen repulsivo.[…] Deber de los de arriba, es ilustrar los de abajo, y el Arte y el artista han de estar siempre dispuestos a sacrificarse, es preciso, por adelantar un paso en el camino del Progreso”[27].
Se detuvo luego en ideas de Víctor Hugo, Tolstoi y Zola como alimento intelectual, pero a su vez todas estas asociadas con la sociedad del porvenir, “debiendo buscar nuestra felicidad (en la sociedad) que estamos”. Según el cronista ácrata, el encuentro terminó con cierta alegría:
«Nuestro amigo terminó con un sentido párrafo: en que hizo votos por el breve advenimiento del comunismo, y fueron sus últimas palabras las del revolucionario inolvidable: “Amaos los unos a los otros.” Al concluir el compañero Gori su discurso, se escucharon algunos vivas, y fue calurosamente felicitado, retirándose a las 10 y 20, la concurrencia, que abandonó el local gratamente impresionado»[28].
Todos los medios, coincidieron en dos observaciones: las dificultades de éste en poder expresarse con claridad en la lengua castellana y en que los asistentes le brindaron muy calurosos aplausos durante toda su conferencia[29]. El día 12 de julio de 1901, Gori regreso a Tucumán, para continuar con el recorrido trazado.
Faro anarquista entre los organizacionistas salteños: “El inmortal Gori”
La huella que dejo Gori en el inconsciente del movimiento obrero salteño fue importante e incluso era recordada aún 20 años después de su visita:
“Cierto es que estas gentes ya podían estar desasnados por lo que a nuestras ideas se refiere, pues hace ya la friolera de veinte y tantos años que el inmortal Gori enarboló aquí el pabellón anarquista, siguiéndole después González Pacheco y otros, teniendo en la actualidad varios sindicatos obreros adheridos a la FORA en esta capital y en la provincia«[30].

La visita del anarquista más importante de renombre internacional que llegó a Salta dejó una marca difícil de borrar, junto con una serie de aporte tales como las giras de propaganda, el impulso gremial y el cultural:
- A partir de la primera visita de este errante siciliano, se inauguró el recorrido de “vagabundos ácratas” que tuvo como principal intención agitar la tensa calma en la población salteña. Continuaron esta senda militantes anarquistas como: Francisco Sarache, Antonio Zamboni, Sebastián Marota, Alberto Bianchi, Rodolfo González Pacheco, Mario Anderson Pacheco, Ferreiro, Enrique Balbuena, entre otros anónimos. Estas giras se extendieron hasta el golpe de Estado en septiembre de 1930
- En el mes de septiembre de 1901, tres meses después de la visita de Gori, la Sociedad Obrera de Panaderos de Salta (fundada en 1896) comenzó su re-organización y logró tener su propio local de reuniones. Hacia octubre del mismo año, se amplió el número de suscriptores salteños al periódico El Obrero (1898-1903)editado en Buenos Aires -continuador de El Obrero Panadero (1894-1959)-, se contabiliza un núcleo de 26 lectores. En 1902, nueve meses después de su visita, se produjo una de las primeras huelgas urbanas en la ciudad de Salta. Situación que derivo en la conformación de la Sociedad de Resistencia de Carruajes.
- Se representaron distintas obras teatrales escritas por Gori en Salta. En febrero de 1923, el cuadro filo dramático “Nuevos Rumbos” bajo el auspicio de la Federación Local Salteña en el teatro “Victoria”, interpretó el drama escrito por Gori titulado “Sin Patria”[31]. En noviembre del mismo año, la agrupación “Despertar”, de orientación Aliancista editó el trabajo de Gori, titulado “Lo que nosotros queremos”[32]. El 1º de mayo de 1924 se puso en escena la obra titulada “El 1º de Mayo” durante una velada nocturna y en sintonía con los diversos actos convocados[33].
Conclusión
Como se ha podido observar, la visita de Pietro Gori a la ciudad de Salta, fue clave para dar impulso a la incipiente modernización del movimiento obrero local, encorsetada en una sociedad conservadora y fuertemente católica. Con su conferencia impregnó ideas innovadoras y planteo conceptos novedosos relacionados con la ciencia y la literatura, siempre con el objetivo de lograr la transformación social. Con su incursión, las giras de propaganda se consolidaron a lo largo de la década difundiendo las ideas ácratas y con ellas la agitación. A su vez las giras generaron interés en nuevos lectores/as a los clásicos periódicos anarquistas de la época e incrementaron el número de suscriptores, el principal medio de propagación de las ideas anarquistas en el norte argentino. Además con las giras, se fortalecieron los lazos entre las distintas agrupaciones y organizaciones obreras.
Notas al Pie
[1] Stornelli d’esilio, Pietro Gori 1895. https://www.youtube.com/watch?v=_KVRd4iny8E
[2]“En junio de 1894, al conocerse la noticia de que en Lyon el presidente de Francia, Sadi Carnot, había sido asesinado por el anarquista italiano Sante Caseiro, a quien Gori había representado en otras ocasiones como abogado, tuvo que partir al exilio a Europa y Estados Unidos”. Albornoz, Martin. Pietro Gori en la Argentina (1898-1902): anarquismo y cultura. Pág. 23.
[3]]La Protesta Humana, n. º 51, 1 enero de 1899.
[4]“Bienvenida: Le damos al compañero abogado Pedro Gori, que desde hace algunos días se halla entre nosotros. Gori ha tenido que escapar de Italia a consecuencia de la feroz persecución de las autoridades, cuyas primeras presas son siempre los compañeros que más se distinguen en la propaganda de nuestra querida Causa. ¡Un abrazo al bravo compañero!”. La Protesta Humana, n. º 38, 26 junio de 1898.
[5]El historiador Wätzold sostiene que su culto a la personalidad podría llegar a equipararse con la imagen del “Che” Guevara”, vendiéndose fotos de Gori en gran formato y fue uno de los precursores de la iconización. Wätzold, Tim. Der Libertäre Atlantik. Pág. 221.
[6]Cabe destacar que el sector del anarquismo organizado en Argentina, tuvo altas y bajas en el desarrollo desde sus inicios. Con la organización del sindicato de Obreros Panaderos y lo que se considera la primera Huelga en 1888, prontamente se sumó el gremio de los zapateros al naciente movimiento obrero organizado. La intensa actividad de Malatesta fue igualmente determinante en sus solo 4 años de residencia en Argentina (1885-1889). Logró cierta cohesión y unidad del naciente movimiento organizado. Estas primeras experiencias fueron la piedra angular de los organizacionistas, quienes propugnan por una militancia colectiva y gremial. Pero esta tarea como analiza Accurso (ver: “Un Anarquista Italiano en La Argentina del Siglo XIX: Errico Malatesta”) se vio desgastada durante la primera mitad de 1890, momentos en que Malatesta no estaba ya presente en Argentina, y donde un grupo de anarquistas individualistas se vio fortalecido con la llegada de exiliados andaluces, promulgando estos una visión insurrecta y que rechazaban de lleno la organización mediante centrales obreras al entender que la organización va en contra de la libertad del individuo. Estos editaron dos periódicos: El Perseguido (1890-1897) y El Rebelde (1898-1903). Luego de este impasse, con el aumento de la ocupación, el panorama económico comenzó a ser más favorable y los lineamientos organizativos pensados por Malatesta recuperaron nuevamente terreno. Pero ahora sí, apuntalada por la enérgica labor desplegada en la de difusión por parte de Pietro Gori.
[7]Predecesora de la actual Federación Obrera Regional Argentina (FORA), paso a denominarse así a partir de su cuarto congreso en 1904. En necesario destacar que en 1901 el Estado Argentino comenzó una de las tantas ofensivas por “argentinizar” a la masa de inmigrantes de proletarios, ese mismo año se promulgó por ejemplo la Ley del Servicio Militar Obligatorio, que se perpetuó por más de 90 años. En 1902 fue promulgada la Ley de Residencia con el fin de expulsar al componente agitador extranjero. Gori, ya fuera del país, expreso su lamento por la aplicación de la Ley de Residencia.
[8]Viaje Libertario a través de la América Latina, Max Nettlau, Revista Reconstruir, N.º 76, 1972, pág. 35.
[9]Igual tarea fue la que llevaron los “crotos” o “linyeras” aunque más silenciosos en su labor de propaganda y que contó con menor notoriedad. El anarquista salteño Luis M. Fresco, de destacada actividad durante la década de 1920, escribió sobre ellos: “El eterno ambular por las campiñas, de grupos “lingheras” sin trabajo, obreros desocupados a los cuales todo se prohíbe, viajar sin boleto, dormir en los bancos de las plazas, gritar sus miserias, unirse con sus compañeros, en fin, han terminado por adoptar contra una terminante prohibición una terminante desobediencia, y así en el corto plazo de quince días se han hecho más estragos y se han ganado más huelgas que en cincuenta años de estudiadas y “correctas” modalidades De seguir así, en muy corto plazo tocara a su fin la Revolución Social”. La Protesta n.º 3187, 6 de octubre de 1917.
[10]Según los datos del Censo poblacional de 1895, sobre el total de la población en la provincia de Salta 118,015 tenía 3,8 % de inmigrantes, es decir 4538 extranjeros. “La población en el Noroeste Argentino entre 1869 y 1914”, Mercado, María Cecilia. La población en el Noroeste Argentino entre 1869 y 1914. Cuadernos del CeSICA, “Las corrientes inmigratorias en el Noroeste Argentino”. Pág. 17.
[11]Arango; Santillán, El anarquismo en el movimiento obrero. Pág. 12.
[12]El historiador Juan Suriano fue uno de los primeros en aludir sobre el paso de Gori por Salta: “le organizaron una larga y extenuante gira de conferencias por diversos lugares del interior del país que abarcaban desde las ciudades más cercanas a Buenos Aires hasta lugares tan apartados como Salta”. Suriano, Juan. Anarquistas. Cultura y política libertaria en Buenos Aires, 1890-1910. Pág.122.
[13]Fue publicado el mismo día en La Protesta Humana y L’Avvenire del10 julio de 1898.
[14]En su programa decía: “Era ya tiempo que nuestra clase obrera contara con un representante en la prensa periódica de Salta. La civilización y el progreso a que hemos alcanzado, lo exigían. En todos los países civilizados, la clase obrera tiene su puesto en el periodismo. En nuestra joven República, cada día va comprendiéndose que la aspiración a recibir mayor instrucción, es debida a la propaganda diaria de la prensa. Por eso en cada provincia y hasta en los departamentos de campana más retirados del centro de las ciudades, se fundan publicaciones diarias, periódicos, semanarios, según las necesidades de cada pueblo. El público lee, se instruye y con la instrucción vienen las aspiraciones de las masas. Felizmente en Salta — decía más adelante — se va comprendiendo la necesidad de fundar centros sociales donde la clase obrera pueda instruirse y alejar de si las costumbres viciosas y la corrupción. Era, pues, ya tiempo que nuestra clase obrera contara con una publicación que reprodujera sus aspiraciones. “El Obrero” viene a llenar osa necesidad reclamada por el progreso a que hemos alcanzado. “El Obrero” será el centinela avanzado para dar el grito de ¡Alto ahí! a cualquier injusticia que se pretendiera cometer con la clase obrera que representa, y defensor ardiente de los derechos y garantías que nuestra Constitución ofrece a todo ciudadano argentino. Equidad y justicia, pedirá siempre para el obrero”. Solá, Miguel. “La Imprenta en Salta: cien años de prensa (1824-1924) y bibliografía antigua de la imprenta salteña”, pág. 73.
[16]Ver: Anarquistas de Tucumán, José Saravia.
[17]“El lunes partió Gori para Salta donde dará conferencias, y de allí pasará a Jujuy en misión de propagandista de verdad”. La Protesta Humana, n. º131, 13 de julio de 1901.
[18]“Salta-Conferencia del Dr. Gori-Salta, julio 11 – El Dr. Pedro Gori, que hace una jira de estudio por toda la República dio esta noche una conferencia en el salón del Gran Hotel. Disertó sobre el deber social de la ciencia y el arte. La concurrencia le prodigó repetidos aplausos, especialmente al tratar de la sociología criminal, y fue felicitado al terminar su conferencia”. La Prensa, 12 de julio de 1901.
[19]El Cívico, Salta, 12 de julio de 1901.
[20]El Rebelde, nº 69, 27 de julio de 1901.
[21]El Gran Hotel, estaría ubicado entre 9 de julio, con biógrafo, según la antigua nomenclatura. Cáseres, Miguel Ángel. Breve historia de barrios, villas y calles de Salta. Pág.75.
[22]Este periódico había aparecido apenas en el mes de junio de 1901. Pero ya en 1891 se registró el primer diario de la comunidad italiana: L’Italiano.
[23]El Rebelde, nº 69, 27 de julio de 1901.
[24]Ibídem.
[25]Ibídem.
[26]Ibídem.
[27]Ibídem.
[28]Ibídem.
[29]L’Avvenire, n.º 150, 11 de julio de 1901.
[30]La Protesta, n.º 4373, 12 abril de 1923.
[31]El título completo de la obra “Sin Patria: Escenas sociales de la realidad”, representa el drama de la inmigración como única solución «obligados a ganarse la vida a golpe de látigo, para mantener a los parásitos de todos los países». Fue escrita en 1892 y en 1899 se representó por primera vez en Buenos Aires. La Protesta, n.º 4357, 24 marzo de 1923.
[32]El Libertario, n.º 24, 20 noviembre de 1923.
[33]Bayer, Osvaldo. Los anarquistas expropiadores, Simón Radowitzky y otros ensayos. Pág.121.
Bibliografía
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– ¡Que vivan los crotos!, Editorial Reconstruir. Buenos Aires, 2006.
Prensa
La Protesta Humana (Buenos Aires, 1897-1904)
La Protesta (Buenos Aires, 1897-1904)
El Rebelde (Buenos Aires,1898-1903)
L’Avvenire (Buenos Aires,1895-1904)
La Nación (Buenos Aires, 1897- actualidad)
La Prensa (Buenos Aires, 1869- actualidad)
El Cívico (Salta, 1891-1927)
El Obrero (Salta,1885)
EL Obrero (Buenos Aires,1898-1903)
El Obrero Panadero (Buenos Aires, 1894-1959)
La Antorcha (Buenos Aires, 1921-1932)
El Libertario (Buenos Aires, 1923-1932)
Revista Reconstruir (Buenos Aires, 1959-1976)
Criminología Moderna (Buenos Aires,1898-1902)
Caras y Caretas (Buenos Aires, 1898)
Agradecimiento
A Lucas Domínguez Rubio , Ivanna Margarucci por el aporte de nuevas fuentes.
Imágenes
Pietro Gori all´epoca in cui dette la conferenza / La donna e la famiglia, conferenza tenuta in bsas. nell´antico Teatro Iris, il 25 novembre 1900. Edicioni di propaganda, Buenos Aires. Editorial Culmine.
Gori en Santiago del estero es antes de ir a Rafaela./ Caras y Caretas n.º 148.
Cuadro / Biblioteca Franco Serantini.